Un granjero se acercó a una gallina y a un
cerdo e hizo una pregunta de conciencia: “¿Quieren contribuir para un desayuno
con jamón y huevos?”
"¡Encantado!", exclamó el Cerdo,
hasta darse cuenta de que para hacerlo a la gallina le bastaba con poner un par
de huevos, mientras él tenía que ir al matadero.
Para uno (Gallina), era solamente una
contribución. Para el otro (Cerdo) significaba un sacrificio total.
En
cualquier relación, proyecto o decisión, hay quienes “participan” a penas
involucrándose y quienes se “comprometen”.
En la vida podemos clasificar a los hombres en
dos: los que tienen sueños y dan todo de sí para hacerlos realidad y los que
simplemente "tienen sueños". Los segundos son como la gallina:
entregan lo que les “sobra”, lo que no les cuesta. Mientras que los primeros
son como el cerdo: dan todo de sí, sin importar el precio con tal de lograr sus
metas.
¿Con quién te identificas? #emprendedurismo
Darío Morales
1 de enero 2016
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