lunes, 4 de julio de 2016

Padres en su día

Un día muy especial compartiendo los Morales, orgullosos de nuestro genero, de ser hombres. Mi hijo desde ya está entendiendo que su masculinidad son un conjunto de características físicas, psíquicas o morales, que no necesariamente están en oposición a lo femenino o una sexualidad diversa.

Confío en hacerle ver que esas características al igual que en las mujeres o personas de sexualidad diversa, deben optimizarse; buscando un mejoramiento continuo en pro de alcanzar una mejor calidad de vida en todos sus aspectos, para aprovechar de la mejor manera todas las oportunidades que una sociedad en constante evolución nos ofrece.

Haré mi mejor esfuerzo para mostrarle que, aunque ciertamente nuestro género está ligado en un alto porcentaje a roles preestablecidos, muchos de esos roles pueden cambiar o alternarse y el tema no es si esto es bueno o malo, el tema es que si se acepta el rol, se haga con voluntad, por amor y con excelencia. Porque al fin y al cabo en una sociedad más tolerante e inclusiva, si los roles empiezan a cambiar, no debería importarnos quien haga el determinado rol; lo importante sería que alguien lo haga y que lo haga bien.

Sin importar las campañas mal enfocadas de grupos e instituciones irresponsables, o la frustración de personas que no aceptan su parte de responsabilidad en el hecho de haber elegido una pareja y se victimizan, exteriorizando su rencor por medio de irrespeto hacia la masculinidad o al rol de padre, mi hijo crecerá entendiendo que el ser hombre no es un delito, sin importar que la legislación de este país prácticamente lo defina como un hecho comprobado.

Si la población, gobierno e instituciones, en lugar de buscar culpables y de condenar géneros, se unieran para brindar una mejor educación, en temas de desarrollo personal y bienestar familiar para y por nuestros niños y niñas; sin duda tendríamos una mejor sociedad. ¡Feliz día del Padre! #‎díadelpadre

Darío Morales

19 de junio a las 0:18 · San Diego, Provincia de Cartago

sábado, 21 de mayo de 2016

Permanecer Atentos

     Una de las prácticas que me han resultado más productivas en mi experiencia como administrador/emprendedor, ha sido la tarea de esforzarme por permanecer atento. Cuando practicamos el "permanecer atento" en todo momento, lo primero que te das cuenta es que la mayoría de las personas no lo hacen. La verdad, no tengo material de expertos en la mente humana que me dé una luz clara del porqué la mayoría de nosotros, una buena parte de nuestro tiempo; usamos un tipo de "piloto automático", donde los detalles no parecieran tener particular importancia.
Existe una frase anglosajona que traducida al español seria "el diablo está en los detalles" refiriéndose a que los errores generalmente ocurren por no prestar atención en los pequeños detalles de un proyecto. Permanecer atento por lo general, se trata de una precaución para evitar el fracaso. ¿Le suena conocido cuando en un deporte cualquiera, un equipo o un jugador de primer nivel fracasa por una desatención? Lo cual nos hace reflexionar en el grado de dificultar que conlleva esta disciplina de atención, aun entre profesionales acostumbrados a la exigencia de la alta competencia. Permanecer atento como cualquier disciplina requiere de normas y constancia para asegurar efectividad y por ende un resultado satisfactorio. Las auditorias internacionales en temas de calidad se basan mayoritariamente en un concepto muy sencillo: El conocimiento y dominio de lo que se hace, lo cual debe estar documentado y con una locación fácilmente alcanzable. En lo personal me ha funcionado muy bien el prepararme para los acontecimientos futuros, por ejemplo si tengo una reunión con algún cliente o posible inversionista, considero irresponsable de mi parte, no hacer un buen esfuerzo por visualizar la posible escena y acorde a eso preparar todo lo posiblemente necesario; para salir bien librado. En el mundo culinario se habla de hacer "mise en place" o sea juntar y procesar los ingredientes y dejar todo listo para empezar el trabajo. Estas palabras en francés se refieren a establecimiento (de estar establecido) lo cual nos genera una posición de ventaja. Simplemente habla de tener un orden lógico en las cosas, tanto de ingredientes y procesos de los mismos, como de organización mental. Es el mismo concepto de negocios que nos interesa en este caso: entender los flujos en las diferentes situaciones que enfrentamos a diario, para mediante nuestra constante atención, movernos y desarrollarnos de forma ordenada, sin interrupciones y debido a una correcta estructuración; por lo cual estaremos atrayendo circunstancias a nuestro favor en todo momento. Lograr un alto nivel de atención además está intrínsecamente relacionado con SABER y saber es la obligación número uno de cualquier persona que practique la administración. Al hacer el sencillo ejercicio de crear una lista con posibles preguntas (que cualquier persona en nuestro entorno pudiera hacernos sobre nuestras funciones o nuestra empresa o proyecto) nos podríamos sorprender el descubrir que esas preguntas no son demasiadas, como para no manejarlas con propiedad; permitiéndonos lucir siempre en control. En el idioma ingles también se suele decir: Dios está en los detalles. Permanecer atento en mi opinión es un reto personal: querer llegar a un alto nivel de profesionalismo; donde no fallemos por una desatención. ¡Permanezcamos atentos, en control y con ventaja siempre!

Dario Morales
21 mayo 2016

domingo, 15 de mayo de 2016

La Confianza

Me suele pasar que cuando medito en alguna situación o concepto en especifico, me gusta buscar su significado en el diccionario. Algunas veces lo encuentro tal cual lo concibo, otras veces es fruto de lo aprendido de otras personas, o de lo estudiado en diferentes fuentes de datos, o de lo experimentado en forma personal. Otras veces simplemente no me resulta del todo satisfactoria la definición encontrada.

Hablando de confianza, el diccionario de la real academia lo define en primer lugar como: Esperanza firme que se tiene de alguien o algo.  Esta acepción aunque se me antoja adecuada, me da mucho tema para analizar desde mi punto de vista como emprendedor. Si desmenuzamos más la frase y vemos la palabra "esperanza", el diccionario nos dice que es: un estado de ánimo que surge cuando se presenta como alcanzable lo que se desea.

Si la esperanza es un "estado de ánimo" y la confianza es "la esperanza en algo o alguien"; es fácil entender porque se dice que la confianza es fácil de romper, debido a que los estados de ánimo tienen la característica de ser frágiles y por ende cambian fácilmente. Máxime cuando adoptamos la posición comúnmente usada de: "Usted debe ganarse mi confianza" o "Con poco  pierde mi confianza". 

Si aceptamos esta "realidad" en el mundo de los negocios y en nuestra relación con posibles colaboradores de todo tipo (empleados, socios, familiares, etc.) El resultado suele ser similar al de los estados de ánimo: fragilidad y cambio constante. Lo cual en mi experiencia como emprendedor me resulta poco funcional y termina siendo un indicador claro de una mala administración.

¿Debería cambiar mi confianza en algún colaborador cercano debido a mi estado de ánimo? ¿En que se baja la esperanza que tengo en mi entorno laboral? Personalmente me ha resultado más productivo basar mi confianza en un factor que me gusta definir como un concepto matemático y que se asemeja al segundo significado que muestra el diccionario de la palabra esperanza:   Valor medio de una variable aleatoria o de una distribución de probabilidad.

De esta forma se traslada la responsabilidad desde la persona en la cual se deposita la confianza hasta el individuo que crea la esperanza, cambiando un simple estado de ánimo, por una estudiada acción estratégica; basada en una visión y en un cálculo matemático.  

Recordemos que gerencialmente hablando tomar responsabilidad (control) sobre el curso de los acontecimientos es vital para una correcta operación que nos permita cumplir metas planteadas. Por supuesto que es mas fácil para nosotros como administradores, no tomar responsabilidad y apuntar que un colaborador "ya no genera confianza", "ya no da la talla", que un socio "no estuvo a la altura", etc. Y podría haber algo de verdad en esas acusaciones, sin embargo, antes de todo eso debe existir un examen riguroso de nosotros mismos y nuestros procedimientos administrativos para descartar que la responsabilidad sea nuestra. 

Aquí surgen preguntas básicas sobre nuestro proceso gerencial: ¿Como están mis procedimientos y políticas de reclutamiento?, ¿Cuánto tiempo he invertido en "couching"? ¿Están claras las cargas operativas en los diferentes individuos y de acuerdo a sus capacidades? Si soy socio y estoy perdiendo esperanza (confianza) en el proyecto, debería preguntarme lo siguiente: ¿Conozco en detalle los alcances y potencial de mi negocio? ¿En qué porcentaje entiendo los flujos del negocio? ¿Qué responsabilidades/derechos tengo como socio? etc y etc.

Si usted es un empleado en cualquier compañía, usted podría darse el lujo de simplemente asignar responsabilidades a otros y pedir resultados. Sin embargo los emprendedores no podemos darnos ese lujo, nuestro obligación primaria administrativamente hablando debe ser: SABER. Y saber implica que nuestra confianza no se basa solo en lo que la otra persona, situación o cosa es o representa. Es más un control estratégico realizado mediante estudio, preparación, herramientas administrativas tales como: optimización en reclutamiento, acompañamiento, procesos operativos profesionales, uso de tecnología acorde y una clara visión de los flujos de trabajo, entre otras cosas. Con todo esto un buen administrador realiza cálculos, y esas probabilidades le dan la certeza (esperanza) para confiar en obtener los resultados que le permitan alcanzar las metas determinadas.

Si bien es cierto existen límites que demarcan con hechos concretos cuando una persona defrauda nuestra confianza, esto tampoco tendría que ver con estado de ánimo, sino una definida, clara y establecida política interna para dichos efectos, y que por supuesto debe ser de conocimiento de todos los involucrados.

Dario Morales
15 mayo 2016